El Boutonier, es una tradición importada de los países anglosajones. También llamados alfileres de boda o wedding buttonhole, son los prendidos que el novio, padrino y testigos, lucen en la solapa de su traje. Le da al look un toque de distinción y coquetería.
Se puede lucir con cualquier etiqueta (smoking y chaqué) excepto con el frac (desaconsejado totalmente) y deberemos tener en cuenta el color del traje, incluyendo el chaleco, la camisa y la corbata.
Los alfileres de boda son normalmente de flores, es más… suelen llevar como flor principal, la flor que más predomina en el ramo de la novia. Normalmente son naturales y acordes con los colores del ramo de novia, ya que éstos marcarán la base del trabajo, pero si ese color no fuera adecuado, se puede buscar la misma flor o similares en otros tonos, o incluso hacer el prendido con los verdes o rellenos florales del ramo. Os recomendamos que sea la misma floristería la que se encargue de todo el conjunto.
El prendido no debe ser muy grande, pero debe quedar vistoso.
Si se usan montados sobre estructuras o complementos, mucho ojo al traje, que no desentone!
El lugar donde colocarlo también es muy importante son las solapas las que indican el lugar; si vuestro traje es con cuello Mao o similar, el lugar perfecto es a la altura del corazón….
Pero para gustos, los colores… Si eres un novio más moderno, atrevido o desenfadado te mostramos alternativas al prendido clásico.
Recordad que es un complemento totalmente personalizable, a gusto del novio; os animamos a que echéis imaginación y optéis por boutoniers con diseños sorprendentes que hagan referencia a tu profesión, un hobbie o a cualquier cosa que te guste.
No olvidéis las suculentas, frutas o flores secas… eso sí, para bodas celebradas en otoño o invierno.
Pero si algo nos ha enamorado fueron unas fotos de Pedro Sobrado, como puedes ver el novio lleva por boutoniere una llave antigua. Original, pero… ¿te has fijado en el ramo de l a novia? Sí, si, un candado…
Ya sabeis, personalizar al máximo hasta el último detalle porque en los pequeños detalles está la diferencia.